

Según ciertas investigaciones y publicaciones realizadas por el Instituto Nacional de Salud Mental de EE.UU, la violencia expuesta en la televisión lleva al niño a desarrollar conductas agresivas, produce un decremento en la sensibilidad emocional del niño ante la violencia. Las conductas agresivas son aprendidas por observación y retenidas por largos periodos de tiempo.
La televisión tiene un efecto en las áreas emocionales del niño; influye en sus intereses, motivaciones, como ya se ha nombrado en otras entradas. En esta nos referimos al área emocional.
Cuanto más escenas violentas vea un niño en la televisión, menos sensibilidad emocional tendrá ante la violencia, y aprenderá a usar la agresión como respuesta a situaciones conflictivas.
Las escenas de dolor, sufrimiento, horror, etc que el niño ve resulta en sentimientos que son descargados durante o después de la observación de estas escenas de contenido violento.
Entendiendo como contenidos violentos, las escenas que impliquen la destrucción, lesiones o daño (físico y/o psicológico) a personas, animales o cosas. Esto es transmitido a los niños mediante la acción de los actores, los bruscos movimientos de la cámara, el ritmo del montaje, el desarrollo de la escena de violencia, etc.
Por otro lado, hay un incremento en la agresión y la capacidad de ser agresivos con otros, demuestran mayor agresividad en sus juegos y formas de resolver conflictos ya que en los programas estas acciones se entienden como justificables.
Los niños que con frecuencia ven programas de televisión de contenido violento se convierten apáticos a la violencia de la vida real.
¿Cree usted que tener televisión en el cuarto de su hijo es bueno, le beneficia en algo?
Pues déjeme decirle que definitivamente NO.
El que su hijo tenga la televisión en su recamara más que hacerle un bien, lo esta perjudicando. Primero por la calidad de los programas que pasan hoy, realmente decepcionantes y todavía más por la gran influencia que éstos ejercen en los niños, esas pequeñas esponjas que todo lo absorben: bueno y malo.
De esta manera, la televisión es la gran vendedora que llega a la intimidad de su hogar, se mete hasta en su cama y peor aún, en la de sus hijos.
Otra razón del porque no es bueno que halla televisión en la recamara de los niños, es la falta de control sobre lo que ven y el tiempo que utilizan para verla, o acaso ¿usted pone reglas en cuanto a la horas y programas que deben ver sus hijos y esta ahí para asegurarse de que se cumplan?.
Una razón más es que limita la comunicación: la televisión impide una mejor y más amplia comunicación en la familia, ya que absorbe toda nuestra atención creando un alejamiento entre unos y otros, así que con más razón su hijo se aislará si la tiene en su cuarto.
Se ha demostrado que los niños que tienen la televisión en su recamara tienen menos creatividad y concentración, asi como menor rendimiento escolar en comparación con aquellos que no la tienen .Esto se debe en gran parte a que los niños que tienen televisión en su cuarto duermen menos.
No se trata de ninguna manera de evitarles a los niños su propio espacio ni de que vean la televisión, pero si de hacer todo lo posible porque ambas cosas no estén juntas, ya que es muy poco probable que mantengamos el control. Debemos por lo tanto como padres establecer reglas y seguirlas, entre ellas se pueden encontrar:
Si todavía no hemos puesto en marcha tales reglas, aún estamos a tiempo, averigüe que es lo que sus hijos han están viendo últimamente y procure estar con ellos en esos momentos, mucho mejor si planean juntos los horarios y programas para ver en familia.