martes, 13 de abril de 2010

LA TELEVISIÓN FRENTE A LOS MIEDOS INFANTILES


Los miedos infantiles son originados por diversos factores, entre los que cabe destacar los siguientes:

- Los patrones familiares, es decir, si un padre es miedoso suele tener hijos con miedos. Esto es debido al aprendizaje por observación, ya que los padres son un modelo para sus hijos.
- Información negativa, es decir, utilizar mensajes amenazadores, por ejemplo, si no comes llamaré a....; si no te portas bien se lo diré a.....)
- El aprendizaje directo, es decir, que el niño haya vivido una situación que le haya provocado miedo, por ejemplo, miedo a no poder respirar debido a que ha tenido un ataque de asma.
- Por condicionamiento, es decir, un niño experimenta una situación que tiene consecuencias negativas, y a partir de ese momento mostrará miedo hacia aquello con lo que experimentó, por ejemplo, un niño que jugando con petardos tuvo graves quemaduras porque le explotó en las manos, mostrará miedo hacia los petardos.

Frente a estos factores, la televisión cobra un papel importante también, ya que puede contribuir a despertar miedos en los niños al ver programas, películas u otros que tengan imágenes violentas o de terror. Por este motivo, no es aconsejable que el niño vea este tipo de contenido hasta que no tenga la edad adecuada para saber separar la ficción de la realidad.

Si no se ha podido evitar y el niño ya muestra temor hacia determinadas cosas, pueden sernos de utilidad las siguientes orientaciones para combatirlo:

- No mostrar delante del niño preocupación o angustia.
- No forzar al niño a llevar a cabo aquellas conductas que teme, sino avanzar con calma, reforzando los pequeños logros, y utilizando el juego y la imaginación.
- No ridiculizar al niño por sus miedos, sobre todo delante de los amigos. No reírse de él, ni castigarle ni regañarle.
- Como he mencionado anteriormente, evitar el visionado de películas, juegos o actividades que contengan violencia, miedo o terror.
- Procurar que las personas de su entorno no lancen mensajes amenazadores.

Cuando los miedos son más severos, persistentes y alteran significativamente el funcionamiento del niño en su entorno familiar, escolar o social, podemos encontrarnos con trastornos que requieren un tratamiento especializado (fobias específicas, trastornos de ansiedad u otros). Para ello será necesario consultar a profesionales de la salud.

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